Ficha Técnica
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Nombre completo: Sitio Arqueológico de QuilmesUbicación: Valle de Yocavil o de Santa María, Valles Calchaquíes - Provincia de Tucumán
Fecha de construcción: Siglos X - XVI
Autor: Desconocido
Protección: Sitio Arqueológico Protegido, Ley Provincial 7.500. Bien Patrimonial, ley 7.535/2005
Historia
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Los indígenas conocidos como Quilmes, los primeros habitantes de este lugar, tuvieron una altísima densidad de población, lo que les permitió una mejor distribución de las tareas y una mayor explotación del ecosistema. En los Valles Calchaquíes en su totalidad se formaron ciudades con tan alto índice de densidad que actualmente los especialistas las consideran "las primeras ciudades prehispánicas de la Argentina".
Dichos asentamientos comenzaron su existencia en el siglo X d. C., alcanzando un gran desarrollo sociocultural y un buen manejo de sistemas agropastoriles y de cultivo e irrigación muy complejos. Este progreso continuo se vio recién interrumpido en 1667 cuando los Quilmes sufrieron su más importante derrota militar a manos de los españoles, liderados en este caso por Francisco Mercado y Villacorta, mediante el sitio a sus principales fuertes. Unos 400 españoles sitiaron a un pueblo de más de 6000 originarios primero impidiéndoles acceder a sus cultivos sobre la planicie fértil del Río santa María y luego envenenaron la fuente de provisión de agua que llegaba desde las montañas. Mientras los españoles contaban con armaduras y armas de fuego, aquellos utilizaban arcos y flechas, hondas, lanzas y hachas con puntas de piedra.
Luego de más o menos un mes, el pueblo indígena decidió rendirse.
Luego de su rendición y debido a que los españoles no lograron someterlos, fueron obligados a recorrer mil kilómetros a pie sin agua ni comida. Se estima que de los más de 2.600 sobrevivientes que partieron, solamente llegaron a los húmedos e insalubres bañados de Quilmes a orillas del Río de La Plata, poco más de 400. Los supervivientes finalizaron sus días pereciendo principalmente por enfermedades pulmonares. Al llegar no encontraron el algarrobo considerado sagrado ya que les daba alimento, leña y bebida sagrada. No conocían las hierbas medicinales locales y no podían sanarse. El sitio ubicado a 35 km al sur de la actual ciudad de Buenos Aires se denomina Quilmes en referencia a la Misión de Santa María de Quilmes.
Numerosas crónicas se refieren a la extinción del pueblo Quilme en el año 1716; pero, de acuerdo a la siguiente Cédula Real, la Corona Española reconoce la propiedad del territorio donde habitan.
Hay investigaciones históricas que demuestran que desde 1770, los terratenientes avanzaron sobre tierras de los Quilmes y los Amaichas, quienes pudieron mantener hasta el día de hoy parte del territorio de la banda este del río Santa María mientras que el territorio restante, situado en la banda oeste del citado río, fue inscrito en el Registro de la Propiedad de la Provincia de Tucumán a nombre de los usurpadores.
A partir de ese momento se les obligó a trabajar gratuitamente con el fin de pagar tributos por el uso de la tierra y entregar dos tercios de las cosechas o el 50% de la cría de animales al Estado Provincial.
Las ruinas de los Quilmes fueron descubiertas aparentemente por Juan Bautista Ambrosetti en 1897, pero, sin embargo, habían sido halladas antes por Samuel A. Lafone Quevedo, en 1888.Éste escribió entonces al diario "La Nación" una serie de cartas, informándole a los periodistas la noticia. Una de ellas mencionaba la confusión de los arqueólogos, quienes creían estar frente a vizcacheras de tamaño gigante y la semejanza de éstas a un panal.
Además, en 1893 el asentamiento precolombino fue visitado por Ten Kate, quien observó que las ruinas estaban en muy buen estado de conservación, pese a su antigüedad. Finalmente, en el año 1897, Ambrosetti visitó las ruinas e hizo un detallado estudio de ellas. Delimitó su tamaño, de 1 km2, hizo un pequeño mapa de las mismas, estableció el área de explotación de biotopos, descubrió en ellas un cementerio y asoció por primera vez al pueblo Quilme con el de Amaicha.
Más tarde, el catálogo del museo Zavaleta mencionaría en su haber "más de doscientas puntas de flecha, unos trescientos ídolos de barro y caños de barro [sic]". Se dice que todas estas pertenencias fueron robadas de las ruinas por Manuel B. Zavaleta, a su vez propietario del museo.
Unos años más tarde, en 1911, Burch visitó brevemente las ruinas, y estableció que su extensión es de 3 km2.5 Además, describió el material cerámico arqueológico hallado allí, comprado a la directora del colegio El Bañado de Quilmes.En el año 1919, Schreiter se enfocó en sus descubrimientos de cementerios de niños en urnas funerarias en las ruinas. Un tiempo después, Adán Quiroga, en 1929, se encargó de difundir su descubrimiento de piezas de "tejido muy fino" por los alrededores del lugar. Luego de esta clase de "euforia" por las ruinas, el lugar no recibiría más visitas hasta 1978.
En el año 1977, el Estado Provincial expropió a terceros 206 hectáreas de tierras y llevó a cabo la reconstrucción del sitio en convenio con la Universidad Nacional de Buenos Aires. La limpieza y reconstrucción alcanzó solamente al 5% de la ciudad sagrada. Los descendientes de los aborígenes tenían un título de propiedad otorgado por la corona española que nunca tuvo validez cuando pasó a ser República. Hasta ese entonces el dueño era un terrateniente a quien el entonces gobernador Antonio Domingo Bussi le adquirió 206 hectáreas por medio de la expropiación.
Las ruinas fueron reconstruidas en los años 70, sin mucho rigor arqueológico y siguiendo más bien criterios turísticos. Pasaron por procesos de expropiación y explotación casi sin control. Hace muy poco (2009 / 2010) los descendientes de los antiguos Quilmes tomaron posesión de las tierras y se hicieron cargo de las visitas. Ofician de guías y cuentan al visitante no sólo qué construcciones había allí y cómo estaba organizada la sociedad, sino también cómo fue su lucha para lograr la devolución de las tierras y qué planean de aquí en más.
Detalles del sitio
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Ocupan aproximadamente treinta hectáreas y están ubicadas cerca del cerro Alto del Rey y son los restos del mayor asentamiento precolombino en nuestro país.
Las ruinas de los Quilmes son un conjunto de viviendas que pertenecieron a dicho pueblo originario, donde se pueden observar restos rectangulares y circulares de los cimientos de la construcción.
Este asentamiento servía de hogar para las familias quilmes, lo cual no era bien visto por sus vecinos, los indios calchaquíes, con quienes tenían cruentos enfrentamientos. Finalmente se aliaron para combatir a los españoles, quienes los derrotaron en el siglo XVII.
La fortaleza se mantuvo en pie desde los años 800 hasta el siglo XVII, con una población estable de tres mil personas, hasta que finalmente fueron obligados a trasladarse a pie 1200 km hasta la zona en donde hoy se encuentra la ciudad de Quilmes en la provincia de Buenos Aires el día 2 de enero de 1667.Gracias al trabajo de un equipo de especialistas, que restauró los edificios más importantes, se puede observar la complejidad del asentamiento. Dos fortalezas que servían de defensas contra posibles ataques de poblaciones indígenas vecinas y uno de los sectores de una ciudadela han sido reconstruidos.
En los restos de la ciudadela se pueden observar casas de piedra, antiguas paredes de roca y también cactus. La ciudad original incluía asimismo una capilla construida por los españoles con el fin de evangelizar a la población, la cual se estima en cinco mil habitantes.Otro elemento llamativo de estas ruinas son las destacadas construcciones de represas de agua y la gran cantidad de cultivos, principalmente de maíz, que eran la base alimenticia de estos indígenas. Se cree que la estrategia aplicada por los españoles para derrotar a este belicoso pueblo consistió en cortar su acceso a las fuentes de reserva de recursos, tanto hídricos como alimenticios.
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